viernes, 26 de marzo de 2010

Tal vez antes ya he dicho esto: escribo cuando me siento atrapada.

Y justo ahora el calor de la habitación, la inmovilidad obligatoria, las 10 ó 12 horas de televisión al día, el inmundo color amarillo pollo de las paredes fungen como barrotes de la gran cárcel metafísica que ha sido mi vida desde hace ya casi dos meses; primero fue el verde aséptico del hospital, la cama hirviente, las agujas, el sueño interrumpido constantemente para la medición de los signos vitales... y ahora esto... sí... un puto pronombre demostrativo: ESTO.

Es extraño cómo siempre la realidad encuentra formas de aprisionarme sin que valga la pena el esfuerzo por evadirme un poco; basta decir que ni siquiera he querido buscar consuelo en mi querido y difunto cronopio...

Entonces la maldita mariposa resulta tan efímera como las reales. Supongo que tal vez debí buscarme otro animal como tótem, pero soy frágil... y pálida... como si llevara 22 años en prisión.

Tal vez debería aprender a ser un fénix.

2 comentarios:

  1. Wow!!! Sorry, he de hacer la pregunta obligada ¿Qué te pasó?

    Todavía se te quiere y extraña ^_^

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  2. Ahí la palabra clave es "todavía"... je

    Y... bueno... pasó que estuve hospializada casi un mes por motivos que (si coincidimos en el msn o el chat del feis) te contaré luego personalmente...


    Un abrazo

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