jueves, 22 de abril de 2010

Quiero escribir, lo intento; pero tal vez me equivoco creyendo que resultarán útiles los antiguos móviles, cuando lo que pasa ahora es que me cuesta traducir la verdadera belleza (que es tangible y cabe justo en el hueco de mis brazos) a palabras... y tal vez también me equivoco al tratar de hacerlo y sólo debería pasar mis días contemplándola... hasta que me sea posible...

jueves, 15 de abril de 2010

Extrañamente los días grises me sientan bien. No me siento asfixiada y cada vez más seguido pienso en volver a escribir por deporte (supongo que eso es signo de mejoría) aunque por ahora tenga que detenerme un poco por el maldito síndrome del túnel carpiano (mil gracias, querida compu)... Pero en fin... la lluvia siempre le sienta bien a una pobre alma sedienta.

I feel better.

viernes, 26 de marzo de 2010

Tal vez antes ya he dicho esto: escribo cuando me siento atrapada.

Y justo ahora el calor de la habitación, la inmovilidad obligatoria, las 10 ó 12 horas de televisión al día, el inmundo color amarillo pollo de las paredes fungen como barrotes de la gran cárcel metafísica que ha sido mi vida desde hace ya casi dos meses; primero fue el verde aséptico del hospital, la cama hirviente, las agujas, el sueño interrumpido constantemente para la medición de los signos vitales... y ahora esto... sí... un puto pronombre demostrativo: ESTO.

Es extraño cómo siempre la realidad encuentra formas de aprisionarme sin que valga la pena el esfuerzo por evadirme un poco; basta decir que ni siquiera he querido buscar consuelo en mi querido y difunto cronopio...

Entonces la maldita mariposa resulta tan efímera como las reales. Supongo que tal vez debí buscarme otro animal como tótem, pero soy frágil... y pálida... como si llevara 22 años en prisión.

Tal vez debería aprender a ser un fénix.