lunes, 18 de abril de 2011

La verdad es que hasta hoy llegó mi abstinencia: no pude aguantar y me quedé hasta tarde leyendo...y ahora me dio por escribir.

Lo necesitaba mucho, casi tanto como en su tiempo necesitaba una buena fumada de ganja o una borrachera decadente.

Últimamente el calor me ha tenido hasta la madre y por un millón de razones no había querido tener un desplante así bien Carmen style, de esos que hacían que la gente se quisiera esconder en el fondo del mar o escapar un ratito del planeta... recuerdo que entonces era tan vanidosa que me creía casi una fuerza de la naturaleza; ahora pienso: alucines de niña babosa.

Por fortuna creo que estoy creciendo (aunque sé que escribir siempere seguirá siendo una especie de refugio) y veo con cierta ternura condescendiente algunas cosas del pasado. No sé si eso me convierte en una soberbia o qué, pero qué demonios... a estas horas la claridad se escapa por la rendija de una ventana que dejé entreabierta para no morir sofocada.

martes, 4 de enero de 2011

Reiniciando...

Pues ya... últimamente no he tenido mucho tiempo para el blog, pero en estos días me he sentido inquieta, con ganas de escribir. Y ya es justo: tengo muchas ideas en la cabeza, demasiadas cosas que creo deben ser contadas.

En este año mi vida ha pasado por cambios muy importantes y algunas ideas que tenía sobre el mundo se han modificado o confirmado.

Y tal vez no escriba con la frecuencia con que solía hacerlo, pero intentaré darme mis escapadas, para tener la cabeza tranquila y quién sabe: puede que hasta alguien me lea.

jueves, 22 de abril de 2010

Quiero escribir, lo intento; pero tal vez me equivoco creyendo que resultarán útiles los antiguos móviles, cuando lo que pasa ahora es que me cuesta traducir la verdadera belleza (que es tangible y cabe justo en el hueco de mis brazos) a palabras... y tal vez también me equivoco al tratar de hacerlo y sólo debería pasar mis días contemplándola... hasta que me sea posible...

jueves, 15 de abril de 2010

Extrañamente los días grises me sientan bien. No me siento asfixiada y cada vez más seguido pienso en volver a escribir por deporte (supongo que eso es signo de mejoría) aunque por ahora tenga que detenerme un poco por el maldito síndrome del túnel carpiano (mil gracias, querida compu)... Pero en fin... la lluvia siempre le sienta bien a una pobre alma sedienta.

I feel better.

viernes, 26 de marzo de 2010

Tal vez antes ya he dicho esto: escribo cuando me siento atrapada.

Y justo ahora el calor de la habitación, la inmovilidad obligatoria, las 10 ó 12 horas de televisión al día, el inmundo color amarillo pollo de las paredes fungen como barrotes de la gran cárcel metafísica que ha sido mi vida desde hace ya casi dos meses; primero fue el verde aséptico del hospital, la cama hirviente, las agujas, el sueño interrumpido constantemente para la medición de los signos vitales... y ahora esto... sí... un puto pronombre demostrativo: ESTO.

Es extraño cómo siempre la realidad encuentra formas de aprisionarme sin que valga la pena el esfuerzo por evadirme un poco; basta decir que ni siquiera he querido buscar consuelo en mi querido y difunto cronopio...

Entonces la maldita mariposa resulta tan efímera como las reales. Supongo que tal vez debí buscarme otro animal como tótem, pero soy frágil... y pálida... como si llevara 22 años en prisión.

Tal vez debería aprender a ser un fénix.